LA CAPACIDAD DE HABITAR EL MOMENTO PRESENTE
El psicólogo William James tenía un principio brillante: “Aquello a lo que atendemos se convierte en nuestra realidad, y aquello a lo que no atendemos acaba desapareciendo poco a poco de nuestra realidad”.
Este criterio está muy lejos del “pensamiento positivo”, pensar positivamente es llevar lo negativo hacía el subconsciente, pero allí se torna más poderoso cuando se convierte en contenido reprimido y brinda una falsa imagen de sí mismo y de la realidad. No hay transformación. La felicidad tiene que ver más con la realización y está conectada con la capacidad de habitar la realidad, y vivir en la realidad es salir del mundo de la confusión. Algunas personas creen que el sentido de la vida es el placer, pero a más placer no hay más felicidad. Algunos autores afirman que somos más felices cuando tenemos un sentimiento que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia, cuando habitamos el momento presente. Creo que cuando el dolor aparece en nuestras vidas es importante aceptarlo y aprender de él, más también es importante aprender o recordar el disfrutar de cada instante y del maravilloso don de la vida.
La vida vivida intensamente no es la que está rodeada de más objetos costosos, sino de más amor. Un amor que no sea sólo sentido, sino expresado en actos amorosos. Nadie nos recordará por nuestros pensamientos secretos. Nos recordarán por lo que dejamos conocer de nosotros mismos.
Uma Zuasti.